jueves, 11 de marzo de 2010

1997

Dicen que nada es eterno pero, aunque contradictorio a lo primero, eso de que las palabras escritas inmortalizan los recuerdos, tal vez tenga algo de cierto.

En el baúl de mis recuerdos, al que prefiero ir vaciando en vez de llenar, me encontré con mis propios pensamientos…a mis 15 años. No era nada del otro mundo, un simple test sicológico de esos que hacen las sicopedagogas en los colegios y que yo, un buen día, guardé.

Me causó cierta gracia encontrarme con que una de las cosas que consideraba “mis defectos” era mi “excentricidad” y según lo que escribí, en verdad quería cambiar eso de mi. Creo que nunca pude cambiarlo, lo intenté muchas veces, pero nunca funcionó.

No me refiero al excentricismo de utilizar un guante (o un par de alpargatas) de lentejuelas, ni al excentricismo de gastar una fortuna en algo que no tiene valor alguno. Me refiero a un excentricismo que va en otra dirección, uno que imagina un mundo con alma. Un excentricismo que es capaz de imaginar un mundo así porque ya lo vivió.

Aun así, este es el mundo que me tocó vivir y para este año unos científicos locos anuncian como dioses la fría clonación de la pequeña Dolly, dulce, inocente, quisiera sacarla de ahí. Un aparato de la NASA recorre Marte (memorice una palabra en inglés “pathfinder” no sé qué significa ni cómo se lea pero algún día entenderé ese poco de letras tan extrañas). La palabra Cariaco quedo en mi mente como sinónimo de niños muertos en sus pupitres…también se murió Diana, no me importó mucho pero la prensa se encargo de hacerme sentir como si se hubiera muerto emmm mmm ¿alguien cercano a mí? ¿mi mejor amiga? ¿mi hada madrina?... por ahí escuche que ver comiquitas japonesas podía causar ataques de epilepsia, mejor tendré más cuidado cuando vea la tele.

Escucho “Laura no está” de Neck preguntándome porqué besa a otra pensando en Laura; que ritmo tan bueno para decirle a una mujer que la están utilizando… ¡cantemos! aunque sea una canción desgraciada, me gusta, total ni soy Laura ni soy la otra.

El tipo que maneja el transporte ese horrible donde mi mamá me abandonó coloca a Shakira una y otra vez (a todo volumen) mientras yo me escondo en el último puesto del autobús pensando “que ni me vea, pero que se acuerde de llevarme a mi casa algún día coño!!”.

Por fin me trajo a mi casa este @#||!!, es nueva, nos acabamos de mudar. Aquí si me siento como una princesa. Y de ahora en adelante todo debería mejorar ¿no?


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